- Buenos recuerdos tengo de aquella selección rumana que tanto dio que hablar en los años noventa, especialmente porque siempre aportó futbolistas de gran talento, entre los que destacaría a los Gheorghe Hagi, Dorinel Munteanu, Ilie Dumitrescu, Florin Raducioiu o Daniel Prodan, entre otros.
Florin Prunea era el que se encargaba de parar los balones, contando siempre con la competencia de Bogdan Stelea, quien quizás tuvo una trayectoria a nivel de clubes más reconocida, al menos de forma internacional.
Prunea saldría de su país para jugar en ligas de menor fama, como la griega, la búlgara o la turca. Lo mejor de su carrera lo vivió con el Dinamo de Bucarest o Universitatea Cluj, puesto que después tendría un trayecto ciertamente inestable.
Fue uno de los grandes guardametas de su época, aunque no contaba con la misma fama que los Gianluca Pagliuca, Bodo Illgner, Peter Schmeichel, Fabien Barthez o David Seaman, por poner algunos de los ejemplos.
Florin era muy parecido a los anteriormente mencionados, de gran seguridad bajo palos, arriesgado, valiente, aunque difícil de batir. En los balones aéreos era bastante decidido, por lo que no daba pie a que los delanteros aprovechasen sus fallos. Además, tenía buen juego de piernas y no se le daba mal adivinar lanzamientos.
El 8 de agosto de 1968 nació en la capital de Bucarest (Rumanía). En el equipo de su ciudad, el prestigioso Dinamo, inició su carrera desde bien joven, pasando muchos años en la cantera hasta llegar al primer equipo.
Con el primer equipo llegó a debutar y poco más, pues tras 4 apariciones, Prunea empezaría a jugar cedido en otros clubes para ir cogiendo ritmo de competición. En 1988 pasaría a formar parte del Universitatea Cluj, ese equipo en el que adquirió su mejor fama para llegar a debutar con la selección nacional.
Tras superar los cincuenta partidos en la primera división rumana, el joven arquero pasaría a jugar para el Universitatea Craiova, de donde volvería al Cluj, antes de ser recuperado por el Dinamo de Bucarest, con el que esta vez sí llegaría a tener la titularidad, momento en el que comenzó a cosechar títulos.
Tras el éxito de la Copa en 2001, al año siguiente alzaría el título de Liga, figurando ya como el mejor portero rumano y avalado por su experiencia en los mundiales de fútbol. Esa fue la razón por la que no estaría de continuo en el Dinamo.
Entre medias jugaría nuevamente en Cluj, de donde saldría por vez primera al extranjero para probar fortuna en la Süper Lig turca, donde defendió los intereses del Erzurumspor. En este club no tendría el éxito esperado, pues tan solo disputó 11 partidos a lo largo de la campaña 1998\99.
Después representaría al Astra Ploiești, Craiova y de nuevo saldría de Rumanía para probar en el Litex Lovech, donde estaría media campaña para ayudar en la conquista de la copa búlgara antes de regresar a Bucarest.
Después de conseguir sus trofeos con el Dinamo, Prunea empezaría a vivir su declive profesional, aunque todavía no dejaría la liga rumana, en la que durante el ejercicio 2002\03 jugó para el FCM Bacău.
Florin Prunea disputó dos ediciones de la Copa del Mundo con Rumanía. |
- Lástima que nunca llegase a competir en alguna liga más importante, pero supongo que tampoco le llegaron ofertas convincentes. Tras su año en Bacău, Florin jugaría durante media temporada en el F.C. Brasov.
Ya afrontaba sus años finales cuando se trasladó a Tracia para jugar en el Skoda Xanthi, retornando de Grecia para jugar sus últimos partidos en el fútbol modesto, con un Progresul de Bucarest en el que colgaría los guantes en 2006.
Fue uno de los porteros más importantes en la historia de la selección rumana, a la que defendió con honor durante más de una década para intervenir en un total de 40 partidos. Con la selección rumana accedió a los Mundiales de USA 94 y Francia 98, aunque en el último fue portero suplente.
Tremendo arquero, pero terrible pifia ante Suecia a 5 minutos de llevar a Rumania a semifinales.
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