- Pongámonos un poco nostálgicos. Recuerdo aquellos primeros mundiales que viví, vagamente el de España 82. Se acercaba el verano con aires de San Juan, olor a ceniza, chocolate en las calurosas noches y los cromos de fútbol que siempre se ponían de moda cuando se realizaban los preparativos de cara al evento internacional más importante de este deporte.
Observábamos aquellas estampas adhesivas en las que nos encontrábamos a jugadores con nombres extraños separados por un guión, los de Corea del Sur. Entre ellos aparecían los nombres de jugadores que nos sorprendieron, Joo-Sung Kim, Bo-Kwan Hwang y Young-Jin Lee, entre otros.
Entre aquellos jugadores también se hallaba el nombre de un mediocampista no menos importante, Byung-Joo Byun (변병주), un experimentado internacional por la selección surcoreana nacido el 26 de abril de 1961 en el condado de Paju, provincia de Gyeonggi (Corea del Sur).
Recuerdo que también jugábamos partidos en la plaza y tratábamos emular a los héroes del Mundial. Algunos querían ser Maradona, otros Roberto Baggio, Van Basten, Matthäus, Dassaev, Raí... Pero nadie se elegía a un jugador de Corea del Sur, esa selección que irrumpió en los mundiales de fútbol para escandalizarnos con esas veloces jugadas y una garra desproporcionada.
Aquella selección causó sorpresa en más de una cita internacional, y uno de los jugadores que más me pudo sorprender fue Byun, quien en México apareció como mediocampista y en Italia de delantero. Era tan rápido que en su país le llamaban "Bala".
Además de rápido era un jugador con gol y desborde. Con su selección participó en las dos Copas del Mundo ya citadas en las que Corea del Sur dejaba detalles de una brillante generación de futbolistas que darían paso a otros que mantuvieron el honor del país bien alto. De eso también se encargó Byun en su etapa como entrenador.
Me quedé con su nombre aquel día que los coreanos pusieron contra las cuerdas a la España de Luis Suárez. Fue el mítico día del "Me lo merezco" de Miguel González Míchel, que tuvo que hacer tres goles para que los orientales no nos aguasen el debut mundialista, y es que los coreanos llegaron a empatar el partido cerca del descanso.
Finalmente no hubo sorpresa y el hat-trick de Míchel valió para que España se impusiese por 3-1 en aquel ya lejano Mundial de Italia 90. Byung-Joo Byun jugó todos los minutos de aquel partido e hizo sufrir mucho al meta español Andoni Zubizarreta.
Decían de él que era capaz de correr 100 metros en 11.0 segundos, de ahí que se haya ganado bien su apodo. Creció en Paju y estudió en la escuela secundaria en Daegu, donde fue descubierto por un ojeador que le invitó a jugar durante su época universitaria en el equipo de la Universidad de Yonsei.
Byun no tardaría en hacerse profesional. A comienzos de los ochenta fue fichado por el Daewoo Royals, con el que debutó en la K-League en 1983. Para este equipo jugó durante seis años dejando unos registros de 22 goles en 97 partidos, y eso que por entonces jugaba como centrocampista, de volante en segunda línea de ataque.
Durante su etapa como jugador del Hyundai Horangi ya actuaba como delantero, equipo al que llegó tras su última participación mundialista en Italia. Sin embargo, con este equipo hizo seis tantos en 32 encuentros de Liga.
Con la escuadra industrial jugaría sus últimos partidos, ya que por entonces contaba con treinta años y decidió retirarse para seguir ligado al fútbol como entrenador. En su nuevo reto profesional llegó a dirigir a equipos como el famoso Incheon Metropolitan o el Daegu F.C., al que estuvo entrenando hasta no hace tantos años.
Durante su primer Mundial, Byun jugó de centrocampista, en Italia lo hizo como delantero. |
- Más de treinta años llevaba Corea del Sur sin participar en una Copa del Mundo hasta que apareció aquella generación de oro, entre la que nos encontramos futbolistas como Bum-Kun Cha, Sam-Soo Kim, un jovencísimo Joo-Sung Kim, y el magnífico atacante Byung-Joo Byun, rápido como una liebre y muy peligroso cuanto más cerca del área.
Con Corea del Sur jugó 68 partidos internacionales a los que añadió una decena de goles. Entre 1981 y 1990 fue uno de los jugadores más idolatrados de la selección surcoreana y participó en los mundiales de México 86 e Italia 90.
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