- Para muchos coreanos, el deporte es algo realmente importante, una forma de vida e incluso pura tradición. Y si no que se lo pregunten a Myong-Guk Ri (리명국), un guardameta cuya familia le guió con el ejemplo de ser un competidor nato, limpio y ejemplar. Así se llega a participar en una Copa del Mundo teniendo un gran protagonismo.
Este portero fue el protector del arco norcoreano durante el Mundial de Sudáfrica 2010. Jugó los tres partidos de la fase de grupos y continuó acudiendo a más concentraciones hasta alcanzar casi la cifra de cien partidos.
Durante toda su vida ha vestido los colores de un solo club, el Pyongyang City, en el que ya acumula más de diez años desde que debutó para el equipo principal. Es considerado como uno de los mejores porteros norcoreanos de los últimos tiempos.
Myong-Guk nació en la capital de Pyongyang (Corea del Norte), el 9 de septiembre de 1986. Durante su exitosa carrera consiguió ser nominado Mejor Futbolista del Año en su país, elegido así por la Federación de Fútbol norcoreana.
Es como un gato, ágil, veloz en sus actuaciones y muy ligero. Es de los que creen que llevando una buena alimentación y manteniendo la elasticidad se consigue ser un buen portero, y nada más lejos de la realidad. No le falta seguridad, tiene buenos reflejos y sabe patear el balón con precisión. Sus estiradas son algo fuera de lo común.
Toda su familia es deportista. Su padre y su tío fueron también de porteros, su hermano mayor jugaba al fútbol y su madre fue todo una campeona en voleibol. De esta manera, a Ri no le faltaron buenos consejeros para llegar tan lejos en el fútbol.
Nacido en el 42° aniversario de la fundación de la República, el que acabaría capitaneando a la selección nacional empezó jugando como defensa durante su etapa escolar, aunque aquella no sería la posición en la que jugaría durante toda su carrera.
Él mismo cuenta que modificó su posición en el campo porque así se lo pidió su entrenador. Todo ocurrió cuando el cancerbero titular se puso enfermo un día, entonces aquel joven zaguero, a quien le habían visto virtudes como portero, acabaría cubriendo los palos de su equipo en lo que acabaría siendo un debut con victoria.
Desde entonces nadie le movió de la portería. Ri se incorporó al Pyongyang City y fue sumando partidos y más partidos con el equipo de su ciudad figurando como uno de los mejores guardamallas de Corea del Norte, lo que en poco tiempo le llevaría a debutar con el equipo nacional.
Ri cumpliría su mayor sueño, acudir a una Copa del Mundo con su selección, algo que no ocurría desde hace 44 años. La clasificación mundialista fue su mayor orgullo como futbolista, y a Sudáfrica se fue para ejercer como el meta titular del equipo "Chollima".
Siguió jugando para el conjunto capitalino pese a contar con ofertas para jugar en el extranjero. Tal vez su otro sueño sería jugar para el Manchester United, equipo al que siempre admiró. Con más de trecientos partidos a sus espaldas, Myong-Guk es lo más parecido al mítico Chang-Myung Ri que se ha visto en los últimos años.
También es un gran admirador del holandés Edwin Van der Sar y el campeón del mundo Iker Casillas, porteros que siempre le sirvieron de inspiración. Es muy probable que ya se jubile en ese equipo para el que siempre jugó, el Pyongyang City.
Ri Myong-Guk jugó los tres partidos de la fase de grupos en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010. |
- Pero Ri también tiene admiradores, y parece que la que más le admira es su propia hija, que un día dijo: "Cuando sea mayor seré como Ri Myong-Guk". También es idolatrado por muchos fanáticos norcoreanos, que no olvidan su trabajo durante el Mundial de Sudáfrica, en el que actuó como titular en los tres partidos de la fase de grupos.
Desde que debutó con la selección de Corea del Norte en 2007, este sensacional cancerbero ha participado en 96 partidos internacionales, figurando hasta ahora como el último gran guardián del equipo nacional en sus últimas andanzas por la Copa del Mundo.
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