- En vísperas de una nueva Copa del Mundo, vamos a tratar sobre una selección que todavía no ha sido vista en la competición más grande del universo. Azerbaiyán es un país con apenas treinta años de vida, cuyo equipo de fútbol solamente ha participado en rondas clasificatorias, nada más.
Pero en este caucásico podemos encontrar futbolistas de talla muy profesional, como es el caso del defensa que os presento a continuación: Rasim Ramaldanov (Rasim Əsədulla oğlu Ramaldanov). Nació el 24 de enero de 1986 en la capital azerí de Bakú, donde empieza la historia deportiva de este chaval criado en el entorno soviético.
Además de su experiencia internacional de siete años, este jugador ha competido en las ligas de su país y la Umaglesi georgiana, en la que jugó para el Kolkheti Poti. Otros clubes a los que ha representado son el Simurq y el Gabala.
Precisamente es el Gabala con el que compite actualmente, uno de los clubes más poderosos del país junto al Qarabag, al que vimos en la Champions League midiéndose al Atlético de Madrid. Podría asegurar que un Qarabag-Gabala es como un Barça-Madrid en la Liga Española.
Ramaldanov es un experimentado zaguero que también puede ser utilizado como mediocampista defensivo, siempre con libertad de movimientos. Es el clásico central poderoso, fuerte, dotado de una estatura superior al metro noventa que sirve para intimidar a sus adversarios. El físico ayuda mucho a la hora de defender.
Pero además es un hombre con picardía, ese típico zaguero que utiliza la inteligencia y actúa mediante las pillerías que le hacen salir airoso en cada acción. Entre otras características, es un jugador ordenado y muy trabajador.
Tuvo sus inicios en otro reconocido equipo azerí, el Inter de Baku. En su sistema juvenil aprendió a codearse con jugadores de gran nivel, pero su calidad estaba tan por encima de sus compañeros, que Rasim no dudaría en fichar por su primer club profesional.
Llegó al Simurq PFC en 2008, con el que firmaría su primer contrato profesional a los veintidós años. Con este club debutaría en la liga azerí ya en su primer año, haciéndose con la titularidad y ganando galones, hasta tal punto que a partir de 2010 ya ejercería como capitán en la escuadra de Zaqatala pese a su juventud.
Durante tres temporadas más jugaría para este equipo para el que dejaría dos tantos en apenas cien partidos entre todas las competiciones. Todo esto vino acompañado de su debut internacional con la selección de Azerbaiyán.
En junio de 2015 firmó por el Khazar Lankaran, donde estuvo dos temporadas completando unos registros de 51 partidos y dos goles. Su caché subiría como la espuma, y pronto mostrarían interés por él varias entidades de la Europa del Este.
Rasim tuvo un breve paso por el Sumgayit, con el que apenas llegaría a las diez apariciones durante el curso 2015\16. La otra mitad la completó jugando para el Kolkheti Poti, en lo que supuso sus primeros pasos por el fútbol extranjero. Tuvo un sobresaliente papel en la Umaglesi Liga pese a su corta estancia.
Pero Ramaldanov volvería a su país natal. El 30 de enero de 2017 firmaría por el Gabala FK, uno de los mejores equipos de Azerbaiyán con el que ya afronta su segunda temporada asumiendo, como siempre, la titularidad.
Rasim Ramaldanov durante una de sus apariciones con la selección de Azerbaiyán. |
- Gracias a su evolución en las filas del Simurq, Rasim Ramaldanov consiguió jugar sus primeros partidos internacionales con el equipo de Azerbaiyán, para el que lleva diecisiete partidos y ningún gol.
A partir de 2012 debutaría e iría sumando más convocatorias sin necesidad de pasar por las categorías inferiores de la selección. Por desgracia, a Ramaldanov no lo hemos podido ver en ningún torneo importante, aunque sí en partidos clasificatorios para la Eurocopa o el Mundial.
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