- No debió ser fácil estar a la sombra de uno de los mejores delanteros del Mundial de Italia 90. Griga era el suplente de Tomás Skuhravy, aquel fornido ariete que llegó a sumar cinco dianas convirtiéndose en una de las nuevas sensaciones del torneo internacional.
Sin embargo, muchos recuerdan a Stanislav Griga como uno de los grandes goleadores de su época, un hombre que llegó a representar a clubes como el Sparta de Praga, Dukla, Rapid de Viena y el Feyenoord holandés.
Para su selección solamente pudo registrar ocho dianas. Creo que en su día llegó a sonar para algún equipo español, tras sorprender al Barcelona en el Camp Nou, aunque todo quedaría en agua de borrajas.
A mi me gustó mucho aquella selección checoslovaca que tanto daría que hablar en el fútbol europeo. Griga fue uno de sus más brillantes delanteros, nacido en Žilina (Eslovaquia), el 4 de noviembre de 1961.
Era un atacante rudo, fuerte y letal de cara a la portería. Lo poco que pude ver de él, me pareció bastante parecido a Skuhravy, aunque a lo mejor algo más posicional. Por alto era peligroso, y encima poseía una gran técnica y buen manejo del balón con ambos pies. Lo demás lo resumen sus números.
La carrera de Griga comienza a comienzos de los setenta en el equipo más representativo de su ciudad, el MŠK Žilina. Ingresó en su academia a los diez años de edad, pasando por todas sus categorías hasta destacar con el filial a finales de la década.
Griga debutó en la liga checoslovaca en 1980, en la que ya dejaría claras muestras de su puntería de cara al gol, pues para la escuadra de Žilina marcaría 25 goles en 26 partidos, unos números realmente sorprendentes.
Esos registros despertarían el interés de varios equipos, algunos incluso foráneos. Sin embargo siguió compitiendo en su país, puesto que en 1981 se comprometería con el club más potente de Checoslovaquia, el Sparta de Praga.
En poco tiempo ya era uno de los mejores delanteros nacionales, internacional debutante y máximo realizador de la liga checoslovaca en la temporada 1985\86 gracias a sus 19 goles. Para entonces ya había ganado sus primeros títulos colectivos.
Con el Sparta conquistaría cinco Ligas y tres títulos de Copa. En el equipo checo permaneció cuatro temporadas demostrando un espléndido nivel, viviendo una segunda etapa tras su cesión al Dukla, eterno rival del Sparta.
Como recuerdo dejó grandes actuaciones en las competiciones europeas, como aquel tanto que le hizo al Barça de Terry Venables. Gracias al gol de Stanislav, su equipo sacaría una valiosa victoria de la Ciudad Condal en aquel partido de la Copa de la UEFA (0-1).
Pero Griga también quiso jugar al fútbol fuera de su país. En 1990, y ya habiendo demostrado cierto nivel como internacional, el de Žilina se marcharía a Holanda para fichar por el Feyenoord, destacado equipo de la Eredivisie.
Con el Feyenoord tendría dos temporadas un tanto discretas, en las que materializó 9 goles en sus 43 apariciones. Con el conjunto de Rotterdam conquistaría dos títulos de la Copa holandesa y una Supercopa nacional, abandonando tierras neerlandesas en 1992 para afrontar un nuevo reto en el fútbol austriaco.
Vemos a Stanislav Griga realizando un acrobático remate en un partido de la Copa de la UEFA. |
- En la Bundesliga austriaca jugaría para el Rapid de Viena, equipo en el que estuvo durante la campaña 1992\93 y para el que dedicó sus últimos goles, ya que al término del curso decidió colgar las botas.
Con la extinta selección checoslovaca tuvo 34 apariciones en las que anotó 8 goles. Su gran apuesta fue acudir al Mundial de Italia en 1990 con Jozef Venglos de entrenador. Éste apostaría por Tomás Skuhravy, la gran sensación de Checoslovaquia en aquel torneo internacional. Griga solamente jugaría en dos ocasiones entrando en el campo como sustituto.
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