- Más recordado en España por su larga estancia en un Real Betis de Primera -con breve paso por Segunda-, Iulian Sebastian Filipescu, acabó su carrera compitiendo en la Bundesliga alemana con el el Duisburg, previo paso por el F.C. Zurich.
Con la selección Rumanía tuvo el honor de participar en la Copa mundial de Francia 98, en la que figuró en el eje defensivo de Anghel Iordănescu. Superó los cincuenta partidos internacionales entre 1996 y 2003.
Es uno de los pocos testigos de la era más dorada del fútbol rumano, de una admirable y competitiva selección en la que militaron otros grandes futbolistas como Gica Hagi, Ilie Dumitrescu, Florian Prunea y Dorinel Munteanu, entre otros.
Filipescu se encargaba de las tareas defensivas, como defensa central y, en ocasiones, de lateral defensor. También nos ha llegado a demostrar que tenía maneras para desempeñarse como pivote organizador en el medio del campo, aunque no es una posición en la que se le haya visto mucho.
Nació el 29 de marzo de 1974 en Slatina (Rumanía). A comienzos de la década de los noventa ya destacaba en las filas del Faur de Bucarest, justo cuando la cantera del fútbol balcánico estaba en su máximo esplendor.
Ya en 1992 ficharía por el equipo más competitivo de la liga rumana, el Steaua, de la misma capital. Con este club acabaría eclosionando como futbolista, ganando cinco títulos ligueros, una Cupa României y otras dos Supercopas nacionales.
Recientemente estrenado su cartel internacional, Filipescu llamaría la atención de varios clubes foráneos, cerrando una gloriosa etapa en el Steaua con 112 partidos y 8 tantos en su haber. En 1997, terminaría su estancia en la entidad de Bucarest.
Saltó fronteras para jugar en varios equipos extranjeros. Su primera prueba fue la liga turca, donde jugó para uno de los "gallitos" de la competición, el Galatasaray, donde estuvo hasta finales del siglo anterior.
Después de ganar dos ligas y la copa turca, Iulian afrontó su primera y única participación mundialista en Francia 98, lo que le permitiría darse a conocer para muchos otros clubes del planeta.
Así es como el zaguero conseguiría aterrizar en la mejor liga del mundo, concretando su fichaje por el Real Betis Balompié en el mercado invernal de la temporada 1998\99, en la que se uniría a una plantilla dirigida por el vasco Javier Clemente.
Filipescu debutaría en la Copa del Rey, en un partido frente al Mallorca que acabaría con derrota por 0-1 en el Benito Villamarín, una competición en la que el conjunto andaluz no seguiría adelante tras ser eliminado en el partido de vuelta.
Aún así, el rumano llegó a gustar por su rendimiento y pundonor, llegando a intervenir como titular en bastantes partidos entre Copa y Liga, debutando en ésta el 23 de enero de 1999, en el viejo San Mamés y ante el Athletic (0-0).
Pasó casi cinco años ligado a la entidad bética, con la que vivió un descenso en el 2000 y el retorno al máximo nivel en el siguiente ejercicio. Se marcharía del Betis en 2003, con un total de 93 partidos en Primera División, en la que hizo 6 goles.
Con la selección de Rumanía, Filipescu disputó un total de 52 partidos internacionales. |
- Su última gran apuesta fue la liga alemana, en la que compitió para el Duisburg tras jugar para el F.C. Zúrich entre 2003 y 2006. Con el conjunto germano abandonaría la práctica del fútbol una vez concluida la campaña 2007\08.
Para la selección rumana debutó en 1996 ante la selección de la extinta Yugoslavia, y a partir de entonces, Filipescu acudiría a todos los partidos del combinado nacional hasta cumplir 52 apariciones en las que marcó un único gol. En el Mundial de Francia 98 disputó tres encuentros, hasta que el equipo cayó eliminado ante la selección de Croacia en los octavos de final.
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