domingo, 22 de noviembre de 2020

¿Te acuerdas de Petr Kouba?

 

- Uno de los últimos guardianes de Checoslovaquia que pudo convertirse en campeón europeo con la nueva República Checa. Entre una y otra, llegó a completar 46 partidos internacionales figurando como uno de los mejores porteros de su país.

A nivel de clubes jugó para muchos, pero solamente con el Sparta de Praga se sintió importante. En España sería miembro de un Deportivo de La Coruña que vivía sus mejores tiempos, pero la competencia era realmente dura y no pudo aumentar sus registros en La Liga.
No pudo brillar en el conjunto coruñés, así como  tampoco en un Kaiserslautern campeón de liga y ni siquiera en su retorno al Sparta, con el que Petr Kouba afrontaría el final de su carrera sin hacer mucho ruido. 

Su padre ya había sido subcampeón del mundo con la Checoslovaquia de Josef Masopust en Chile 1962. Al igual que a su progenitor, a Petr le tocaría vivir el amargo sabor de la derrota en la final de la Eurocopa de Inglaterra de 1996 contra la Alemania de Berti Vogts.

Kouba nació el 28 de enero de 1969 en Praga (República Checa). Era un portero de buenas condiciones  físicas y con muy buena colocación que inició su formación en las filas del F.C. Bohemians de Praga, de donde pasaría al Slavoj Vyšehrad, con retorno de nuevo a la disciplina praguense en 1985.
Tres años más de formación y el joven cancerbero ya debutaría en la liga checoslovaca a finales de los ochenta. Pronto se establecería en la titularidad, logrando llamar la atención de la directiva del Sparta, por el que ficharía en 1990.

En la entidad de la avenida Milady Horákové conseguiría ser importante, sumando más de 150 partidos e incluso anotando un gol, el que le hizo al České Budějovice en un partido de liga atreviéndose con un lanzamiento desde el punto de penalti.

Tras cinco años triunfando en la competición checa, el arquero sería llamado para viajar a España y así confirmar su fichaje por el R.C. Deportivo de La Coruña, que por entonces ya se estaba poniendo de moda con los Rivaldo, Mauro Silva, Fran González y Miroslav Djukic, entre otros.
John Benjamin Toshack se hacía cargo de aquel "Superdépor" al que no le iría muy bien en los inicios de la temporada 96\97, razón por la que durante el curso se acabarían sentando dos hombres más en el banquillo de Riazor.

Pero sería el galés quien permitiría el debut del meta checo en la Liga Española. Sería el 12 de enero de 1997, en una visita a Zorrilla para jugar contra el Real Valladolid. El choque entre pucelanos y gallegos acabaría con empate a uno.

El checo acabaría aquel curso participando en tres partidos más, recibiendo solamente un par de goles en su puerta. Sin embargo, no sería fácil competir por la titularidad con el camerunés Jacques Songo´o, uno de los mejores arqueros de la Primera División española por aquella época.
Petr Kouba se iría a Alemania para jugar en el Kaiserslautern, equipo en el que tampoco tendría protagonismo al no jugar ni un solo partido de la Bundesliga. Andreas Reinke sería su competidor por el puesto.

Después de jugar en su país para el Viktoria Žižkov, volvió a La Coruña en busca de oportunidades, pero tampoco contaría para el vasco Javier Irureta, quien solamente le daría dos opciones de jugar para el Deportivo hasta el ejercicio 2000\01, el último como deportivista para el checo.

Además de representar a la extinta Checoslovaquia, Kouba jugó para la República Checa.


- Aún así se marcharía de tierras gallegas ganando el histórico título de Liga de la campaña 1999\2000, al que le seguiría la Supercopa española. Tras varios años en el fútbol español y sin protagonismo, Petr se iría al  F.K. Jablonec.
Otra vez defendería la portería del mítico Sparta de Praga, aquel equipo en el que ganó su mayor reputación como futbolista y en el que despidió su carrera deportiva en 2005, aunque ya cumpliendo como suplente.

Con la antigua Checoslovaquia jugó 8 partidos internacionales, entrando a formar parte de la nueva República Checa en 1993, para la que jugó otros 38 encuentros. Con la última, Kouba llegaría a la final de la Eurocopa de Inglaterra 96, en la que Alemania vencería por 2-1 para aguar la fiesta de los checos.

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