Era un buen momento para el fútbol vasco. Equipos como Real Sociedad y Athletic estaban de moda por entonces, pues fueron los claros campeones de aquellos inicios de los ochenta. En esa nostálgica "Erreala" triunfó Satrústegui, autor de 162 goles a lo largo de su carrera deportiva.
Satrústegui, un ídolo de Atotxa. |
- Jesús no era vizcaíno ni guipuzcoano. Este bravo delantero nació el 12 de febrero de 1954 en Pamplona (Navarra). Ya desde muy joven despuntaba en el fútbol navarro. Satrústegui se inició en el Colegio San Agustín de los PP.AA. Recoletos de Logroño. De allí pasaría a jugar en el C.D. Pamplona de su ciudad natal, donde brilló con luz propia para ser captado por los ojeadores de la Real Sociedad cuando apenas tenía diecisiete años.
En él vieron grandes condiciones. Un chico rápido y alto que destacaba por encima de todos, un goleador cuyo juego era sencillo y eficaz. Con todas esas virtudes y muchas más, aquel joven delantero -todavía barbilampiño- ingresaría en la cantera de la entidad donostiarra para rápidamente empezar a jugar en el Sanse. A partir de 1971 jugaría sus primeros partidos en la Tercera División, pasando tres años en el fútbol modesto para colarse en el primer equipo a comienzos de la década de los setenta.
Había marcado ya tantos goles que el ilustre Rafa Iriondo no dudaría en incluirlo en la primera plantilla, según el técnico de Gernika, preparado ya para debutar en Primera División. Así es como Jesús empezaría a vivir de cerca el fútbol profesional, rodeado de experimentados compañeros como Gorriti, Arzak, Fernando Ansola o Boronat. A sus diecinueve años, el joven punta navarro ya tendría la opción de debutar con el equipo de mayores una vez iniciado el campeonato 73\74.
Cabe recordar que su hermano José Ignacio también jugó al fútbol, y además lo hizo con el Salamanca en Primera. También su hijo Alexander a querido seguir sus pasos, de hecho sigue jugando al fútbol tras haber formado parte del Club Atlético Osasuna.
El 8 de septiembre de 1973 apareció Satrústegui en el once conformado por Iriondo. El escenario fue La Condomina, y el rival el Real Murcia. Los vascos empezaron adelantándose en el marcador gracias a un tanto de Araquistain, el cual fue contrarrestado minutos después por un gol de su compañero Murillo, obviamente, en el propio marco defendido por Urruti.
Tras aquel empate a uno en tierras murcianas, el joven navarro siguió teniendo más apariciones en Primera División. Sus goles se hicieron esperar, pero ya en la jornada 26 del campeonato los marcó a pares frente al Valencia en el Luis Casanova. Gracias a ello, la Real vencería a domicilio por 1-2.
Satrústegui completó su primera campaña como profesional haciendo tres goles en diecinueve partidos, pero aún quedaban muchos más tantos por marcar. Poco a poco iría superándose a sí mismo, llegando a anotar veinte dianas en la temporada 78\79 que le situarían entre los mejores goleadores nacionales. El matador navarro ya se preparaba para hacer historia con el club de Atotxa.
Satrústegui continuó haciendo goles para un equipo que estaba a punto de hacer historia. Durante el curso 1980\81 vería puerta dieciséis veces suficientes para que la Real Sociedad se autoproclamase campeón de liga tras un agónico gol de Zamora en Gijón. Aquel empate a dos ante el Sporting en su feudo daría el título liguero a los donostiarras.
Al año siguiente repitieron título. El navarro hizo trece goles en las 33 apariciones que tuvo para volver a cantar el alirón como txuriurdin. No obstante, su mejor momento se vería interrumpido al mismo tiempo que su equipo dejaría de brillar.
Jesús tuvo tiempo a celebrar la Supercopa española ante el Real Madrid, pero en medio de una campaña en la que los donostiarras acumulaban partidos de la Liga de Campeones, Copa, Supercopa y Liga, Satrústegui sufriría una lesión que le apartaría de los terrenos de juego el resto de la temporada.
El Mundial de España 82, fue la última aventura internacional de Satrústegui. |
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