- Vamos con un futbolista de mi época de niño, cuando empecé a tener un gusto muy fuerte por el fútbol. A mi memoria pueden llegar recuerdos de su imagen en un cromo mundialista, pues Miguel España Garcés acudió con México a la Copa del Mundo en la que su país sirvió de sede en 1986.
Toda su carrera transcurrió en tierras americanas, dejando especial huella en sus servicios para Pumas y Tigres, aunque también vistió la camisola de Santos Laguna durante años. Durante una temporada ejerció como entrenador.
Le llamaban "Capitán España" y "El Suavecito". En su país natal fue legendario, y así parece que muchos le recuerdan de aquellos años en los que sirvió como futbolista, allá entre las décadas de los ochenta y noventa.
España nació en Ciudad de México (México) el 31 de enero de 1964. Gran amante de los animales, destacaba como un elegante mediocampista de corte defensivo que recuperaba muchos balones sin la necesidad de recurrir al juego duro. Era un gran director y creador de sistema para sus compañeros de ataque.
A los trece años ya empezaría a tomarse en serio este deporte, ingresando en los Pumas de la UNAM a comienzos de los ochenta. Ya en la campaña 1983\84, Miguel debutaría en la Liga Mx con el equipo de su ciudad.
Ya en su primer año en activo, y a sus diecinueve años, España sería considerado como el jugador revelación del la liga mexicana, algo que por allí galardonan como "Novato del Año". En poco tiempo, lograría debutar para el equipo nacional.
Asistiendo al Mundial de 1986, su fama empezaría a subir como la espuma, aunque su carrera seguiría tomando camino por México, representando a los Pumas durante más de una década, hasta que en 1994 abandonó el club.
Había ejercido como capitán desde los inicios de los noventa, dejando una profunda huella de cariño entre la afición del Estadio Olímpico Universitario, donde siempre se sintió muy querido. Para el cuadro universitario lograría grandes gestas y completaría unos números de 342 partidos en los que hizo 10 goles.
En 1994 se produciría su marcha a los Tigres de UANL, entidad a la que fue vendido para seguir progresando en su carrera, aunque ya acercándose a la veteranía, pues contaba cerca de treinta primaveras.
Durante la temporada 1994\95, España prestó sus servicios a los de San Nicolás de los Garza. Allí tendría destacadas actuaciones, aunque nunca conseguiría estrenarse como goleador en las 33 apariciones que tuvo.
El también apodado “Guerrero Silencioso”, aún se veía con fuerzas de seguir jugando al fútbol. Por Europa ya llegaban lejanos ecos sobre su trayectoria profesional, pero el centrocampista continuaría en activo durante unos años más, pues su siguiente destino sería el Santos Laguna.
En la Comarca Lagunera pararía unos cuantos años, allá al norte de México. Miguel seguiría sumando experiencia a su currículum, contando con bastante protagonismo en las seis temporadas que estuvo representando al conjunto de Torreón, con el que disputaría un total de 187 encuentros para hacer un tanto.
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| Miguel España compitió con su selección en el Mundial de México 86. |
- Y no podía ser otro su último club. España volvería a UNAM Pumas para concluir una larga carrera en 2003, aguantando dos años más en activo para dejar unos registros totales de 627 partidos y 11 objetivos anotados.
Miguel España tendría una breve experiencia como entrenador con UNAM. Los años han pasado, y tal vez no sea tan recordado como otros compatriotas que triunfaron por el viejo continente, como fueron los Hugo Sánchez, Luis García o Javier Aguirre. No obstante, este mediocampista es una leyenda del fútbol mexicano.
Sus honores a la selección mexicana fueron servidos durante una década, cumpliendo con unos números internacionales de 81 partidos y 2 goles. Con la "Tricolor" participó en la Copa del Mundo de México 86.
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