jueves, 23 de junio de 2022

¿Te acuerdas de Bassim Qassim?



- En el Mundial de México 86, todos los focos estaban puestos en la figura de Diego Armando Maradona, y es algo que sigue ocurriendo pese a que hayan pasado casi cuarenta años. También se vieron otros cracks como Peter ShiltonHugo Sánchez o Michel Platini, y por la selección de Irak, el genio era Hussein Saeed
En zonas menos vistosas estaba Bassim Qassim, un defensor que ni siquiera jugaba como titular en el combinado iraquí. Tampoco afrontaría otros grandes torneos más allá de la suerte que tuvo en acudir a aquella cita mundialista.

Hoy es más conocido por sus labores como entrenador. Tal vez, un día me atreva a escribir sobre su historial técnico en Fútbol de Pizarra. Esta noche nos vamos a centrar algo más en sus años como futbolista.

Su nombre completo es Basim Qasim Hamdan Al-Suwaid (باسم قاسم). Nació en Bagdad (Irak) el 22 de marzo de 1963, y tuvo sus comienzos deportivos a mediados de los setenta, en el Amanat Bagdad Sport Club.
Pese a que no era muy alto (1´73), su sitio estaba en el centro de la zaga, aunque acabaría adaptándose a la línea de medios con el paso de los años, cuidando siempre la parcela defensiva. Como no era muy técnico, Qassim se dedicaba a prestar máxima atención a los marcajes y bregar constantemente para no errar en sus tareas.

Dicen que tuvo una infancia de lo más normal, con su educación escolar y practicando otros deportes que también le entusiasmaban. Sin embargo, Bassim sentiría mayor pasión por el fútbol, y con el Al-Amana iba a tomárselo en serio.

Jugaría sus primeros partidos oficiales a finales de los setenta, equipo de su ciudad con el que se daría a conocer poco a poco, hasta que ya iniciada la siguiente década, contaría con otras propuestas para seguir vinculado a este deporte.
Sin salir de Bagdad, Qassim se uniría al Al-Quwa Al-Jawiya, donde se convertiría en un futbolista imprescindible mandando en la defensa, cumpliendo con un buen número de partidos antes de recalar en el Al-Shorta Sports Club, entidad que marcaría el resto de su vida deportiva, tanto de jugador como de entrenador.

Ya en su primer año, el joven defensor se asentaría en el equipo para ayudar en la conquista de la Copa Árabe (1985). Sería el primer éxito de su carrera, y el momento perfecto para poder debutar con la selección nacional.

Qassim ya figuraba entre los mejores jugadores de la liga nacional, y eso serviría para que el seleccionador Evaristo de Macedo le tuviese en cuenta de cara al Mundial de México 86, y hasta allá se fue Bassim.
Tuvo dos apariciones en el torneo, la primera como suplente ante Paraguay y la segunda de titular ante el combinado de México. Pocas cosas se podrían apreciar de su juego, aunque tampoco serviría de mucho, ya que las pautas que marcaban el régimen iraquí le iban a privar de fichar por clubes extranjeros.

El zaguero se conformaría con seguir compitiendo por Irak, continuando su larguísima e inolvidable etapa con el Al-Shorta, con el que también había conquistado el trofeo de los Pan Arab Games a mediados de los ochenta.

En el Mundial de México 86, Qassim llegó a intervenir en dos partidos.


- Bassim Qassim aguantó su estancia en el Al-Shorta Sports Club hasta iniciada la década de los noventa, marchándose como una leyenda para reingresar en el club de su ciudad, donde un día empezó todo.
Para el Amanat jugaría durante un año más, ayudando al equipo a regresar a la primera división iraquí antes de colgar las botas en 1991, sin llegar a cumplir los treinta años. Después iniciaría su afamada carrera de entrenador.

No hay títulos que destacar en su trayectoria internacional, tan solo esa participación en el Mundial de México en el que se tuvo que medir a grandes figuras del planeta. Bassim Qassim solo representó a Irak durante algo más de tres años, llegando a participar en 18 partidos internacionales, dos de ellos en la Copa del Mundo.

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