- Como todo en la vida, el fútbol también tiene un antes y un después. Eso mismo debe pensar nuestro siguiente protagonista, que después de una larga carrera deportiva, se quedó a las puertas de vivir la etapa más gloriosa del fútbol rumano.
Siempre fui muy fan de esa Rumanía de los noventa: Ilie Dumitrescu, "Gica" Hagi, Popescu, Dan Petrescu, Florian Prunea, Munteanu, Prodan, Constantin Galca, Nica Panduru, Raducioiu... En esa década vimos muy buenos futbolistas que llegaron muy lejos en los mundiales de fútbol.
Nicolae Ungureanu coincidió con muchos de esos futbolistas pero, como ya he dicho, en el fútbol también hay un antes y un después, y jugadores como este forman parte de esa etapa anterior y los rumanos actuales forman parte del posterior.
Su experiencia internacional es amplia, con 57 partidos disputados y un gol. A nivel de clubes no se queda corto pues, a pesar de no haber salido de su país, este defensor participó en 438 partidos de la primera división rumana, hizo 29 goles, jugó otros 71 partidos en competiciones europeas y en ellas anotó otro tanto.
Muchos de mi generación le recordarán por verle en algún que otro partido internacional y otros simplemente se habrán quedado con su rostro por la afición a los cromos de la época. El caso es que Ungureanu es un jugador muy admirado en su país.
Recuerdo a este jugador como a un fino lateral zurdo que tenía buen toque. Tenía largo recorrido y era elegante en sus movimientos. Por lo demás, mi memoria es vaga como para haberme quedado con tanto sobre este defensor.
A lo largo de su carrera jugó para cuatro equipos, empezando por el CSŞ Craiova de su ciudad natal. Allí nació Nicolae un 11 de octubre de 1956, y catorce años después ya era un prometedor futbolista que se formó en el citado equipo hasta dar el salto profesional a mediados de los setenta.
La nueva promesa rumana no cambiaría de ciudad, pues durante dos años jugaría con el Electroputere Craiova en los niveles menores de la competición rumana hasta que ingresó en 1977 en el Universitatea Craiova.
Con el Universitatea debutaría en la máxima categoría y allí se convertiría en una leyenda del club que no tardaría en estrenarse como internacional de la selección de Rumanía. A partir de 1979 llegarían los éxitos al conquistar por dos veces el título de liga (1979-80 y 80-81).
Ungureanu pasó más de una década jugando para el equipo de su ciudad, cambiando de aires en 1987 tras haber disputado con el equipo universitario un total de 284 partidos. Entonces se confirmaría su fichaje por el prestigioso Steaua de Bucarest.
Con su nuevo equipo lograría sumar dos títulos de liga más para su currículo personal (1987-88 y 88-89), por no olvidarnos de los seis títulos de la copa rumana y todas sus intervenciones en las competiciones europeas. En el recuerdo quedará aquella final de la Liga de Campeones en la que su equipo perdió ante el Milan por 4-0.
Después de cinco años en el Steaua, un veterano Ungureanu seguiría ligado al fútbol jugando para el Rapid, equipo también perteneciente a la capital. Ya con el papel de internacional perdido, Nicolae aguantaría jugando al fútbol un año más, publicando su retirada como futbolista en mitad de la temporada 1992\93. Posteriormente iniciaría un nuevo reto en los banquillos como entrenador.
Ungureanu participó en 51 partidos con la selección de Rumanía y participó en la Eurocopa de 1984. |
- Con ese total de 438 partidos, cuatro ligas y seis copas, Nicolae Ungureanu se despidió de una carrera deportiva repleta de éxitos a la que solo le faltó el colofón de disputar un Mundial. No obstante, el carrilero pudo participar en la Eurocopa de Francia 84.
Se retiró justo en el momento que Rumanía ofreció su mejor fútbol. Desde que debutó con el equipo absoluto en 1981 hasta que dejó de asistir a las concentraciones, Ungureanu tuvo 51 apariciones internacionales en las que pudo anotar un tanto. Lástima que no hubiera podido coincidir en la mejor etapa del fútbol rumano.
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