martes, 14 de mayo de 2019

¿Te acuerdas de Kalusha Bwalya?



- Su nombre sigue apareciendo entre los mejores futbolistas africanos de todos los tiempos, jugadores como George WeahMido, Samuel Eto´o, Roger Milla o Rabah Madjer. En 1988 fue nombrado "Futbolista Africano del Año" por France Football, y para su selección llegó a marcar un total de 39 goles, lo que le permite ser uno de los máximos artificieros de la selección zambiana.

Kalusha Bwalya pasó por Europa jugando para clubes como el PSV y Brujas, además de competir en la liga mejicana defendiendo la zamarra de varios equipos mejicanos. Le apodaban "Abeja Negra", apodo cariñoso que recibió en sus pasos por el fútbol europeo.
Nació el 16 de agosto de 1963 en Mufulira, Zambia. Podía actuar en varias posiciones de ataque, destacando especialmente como delantero centro, pues era un jugador con mucho gol, explosivo, peligroso y rápido como el rayo. Rendía muy bien como mediapunta o extremo zurdo, demarcaciones en las que también hacía gala de sus mejores cualidades.

El fútbol forma parte de su vida, e incluso de su familia, ya que sus hermanos Joel y Benjamin también llegaron a jugar como profesionales. Su primo Robert Earnshaw fue un destacado jugador del Cardiff City, además de representante de la selección galesa.

Comenzó destacando en el equipo de su ciudad, el Mufulira Blackpool. A finales de los setenta inicia su etapa profesional para después ingresar en los Wanderers, uno de los clubes más potentes de su país en el que permaneció cinco años.
Entonces se erigió como el mejor goleador de Zambia, lo que le permitió asumir sus primeros partidos internacionales, destacando como olímpico y llamando la atención de varios clubes europeos que le invitarían a probar suerte en el extranjero.

Bwalya abandonó su tierra para aterrizar en el viejo continente, más concretamente en Bélgica, donde fichó por el Cercle Brugges K.S.V. en 1985. Aquella gran fama que traspasó fronteras fue fácil de mantener en la liga belga, en la que el atacante zambiano dejaría treinta goles en sus cuatro años jugando para la empresa de Bruselas.

Salió de Bélgica a finales de la década de los ochenta para instalarse en el país vecino e incorporarse al PSV Eindhoven. Con éste debutaría en la liga que hoy conocemos como la "Eredivisie", en la que la abeja también dejaría su sello goleador.
En sus cinco años como miembro del club rojiblanco, Kalusha participó en 101 partidos e hizo 25 goles, algunos de bella factura. Por entonces gozó de un cartel de privilegio, mencionado como uno de los mejores futbolistas africanos de la época al que no le faltarían ofertas en sus últimos pasos por el fútbol europeo.

Habiendo sonado para varios clubes de Europa, el zambiano prefirió probar fortuna en el fútbol mejicano cuando ya contaba con más de treinta años de edad. Aterrizó en tierras americanas en 1994 para confirmar su fichaje por el América, con el que superó la veintena de goles hasta 1997.

Continuó su particular gira centroamericana jugando para otras entidades como el Necaxa, León o Irapuato, interrumpiendo su etapa en México por un breve paso por el fútbol árabe, donde había encontrado acomodo en las filas del Al Wahda.
Tras un breve paso por el Veracruz, Bwalya jugaría sus últimos partidos con el Correcaminos, con el que pondría fin a su carrera en el cambio de siglo, ya con 37 años de edad. A partir de entonces siguió vinculado al fútbol como entrenador, e incluso ejerció un importante cargo en la FIFA, como representante del continente africano.

Bwalya figura como el tercer máximo goleador en la historia de la selección de Zambia.

- A su amplia experiencia como jugador de club hay que añadirle un gran repertorio como internacional, representando a la selección de Zambia en 87 ocasiones. Para ésta hizo 39 goles, algo que aún le permite figurar como el tercer máximo realizador de su historia.

Con el combinado zambiano participó en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. Ejerció más tarde como capitán del equipo nacional, y misteriosamente salvó su vida al no ser convocado para un partido ante el combinado de Mauricio, en cuyo viaje fallecerían sus compañeros al precipitarse el avión en las costas de Gabón en abril de 1993. Bwalya defendió su internacionalidad hasta 2004.

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