- Antes de dedicarle un tiempo a Antonín Panenka, posiblemente el mejor futbolista checoslovaco de la historia, vamos con uno de sus fieles jefes de retaguardia, su tocayo Anton Ondrus (Ondruš). Muchos le consideran uno de los mejores defensas de su época y, sin duda, el mejor de su país.
Nunca compitió en una Copa del Mundo con aquella insuperable selección checoslovaca que se proclamó campeona de la Eurocopa de Yugoslavia de 1976 y llegó a las semifinales en la de Italia 1980. Este grandioso defensor fue un indiscutible de la zaga rojiblanca de aquella brillante generación.
También es uno de los hombres que más veces representó al pacíficamente quebrantado país checoslovaco, con 58 partidos internacionales. En esos años en los que Checoslovaquia se mantuvo unida, Ondrus nació en una localidad perteneciente a la actual Eslovaquia, en Solčany, el 27 de marzo de 1950.
Compatriota suyo era el difunto Peter Dubovský, gran jugador eslovaco por quien medió para que acabase vistiendo los colores del Real Madrid. Jugaba como defensa central, como ese antiguo líbero que no estaba exento de técnica e imaginación, por algo le llamaban el "Beckenbauer eslovaco".
Comenzó su carrera en el Slovan Bratislava, en el que ingresó a finales de los años cincuenta para iniciar su rutilante carrera balompédica. Tras más de una década de metódica formación, Ondrus acabaría debutando con el Slovan en 1970.
Alcanzaría una gran fama jugando para la entidad de Bratislava, a la que acabaría capitaneando y con la que obtendría los títulos de la liga checoslovaca en 1974 y 1975, además de la Copa estatal en 1974. Habiendo destacado notablemente, Anton afrontaría la histórica Eorocopa de 1976.
Tuvo un breve paso por el Dukla Banská Bystrica, del que retornaría al Slovan en 1978 para seguir sumando partidos como su líder defensivo. Después de 210 partidos y 38 goles en la competición doméstica, Ondrus optaría por abandonar el país por primera vez.
Lo hizo para marcharse a Bélgica y así fichar por uno de los clubes europeos más competitivos, el Club Brujas. Muchos equipos poderosos habían preguntado por ese bravo líbero checoslovaco que tanto ruido estaba haciendo con la selección checoslovaca, pero la liga belga sería el destino de la estrella eslovaca.
Su paso por el Brujas fue considerado un fracaso, ya que durante la campaña 1981\82 tan solo jugaría siete partidos en los que pasaría totalmente desapercibido. Su peor varapalo sería no acudir al Mundial de España de 1982, pues el seleccionador Jozef Venglos no contaría con él.
También es cierto que las lesiones causarían bastante mella en el jugador, que finalizado su único año como jugador del Brujas, acabaría trasladándose a Francia para fichar por el modesto CS Thonon, donde pasaría casi un lustro.
Ondrus participaría en más de un centenar de partidos con el club galo, pasando a jugar en Suiza a partir de 1988, continuando así con su último destino en el fútbol extranjero. Tras una campaña en el F.C. Biel, en 1989 decidió dejar el fútbol a los 39 años.
Una vez concluida su carrera en tierras helvéticas, ejerció durante un breve periodo como presidente del Slovan de Bratislava, pasando posteriormente a formar parte de algún puesto directivo en el organigrama de la UEFA por expresa petición del legendario Franz Beckenbauer.
Anton Ondrus es uno de los jugadores que más partidos disputó con la selección checoslovaca. |
- Se le privó de asistir al que hubiera sido su único Mundial, pero formó parte de una Checoslovaquia campeona en la Eurocopa de Yugoslavia 1976. Él tuvo un determinante papel en el torneo continental, en el que surgió aquel magistral lanzamiento "a lo Panenka" que coronó a los checoslovacos como campeones en la tanda de penaltis ante Alemania Federal.
En Italia 1980 también participó, en el que su selección rozaría la gloria cayendo en las semifinales. A partir de entonces no volvería a defender los intereses de la gran "Československá", selección ya extinta a la que representó en 58 ocasiones para marcar 9 goles.
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